Las grandes movilizaciones en Francia (chalecos amarillos), las de Hong Kong (los paraguas) o las actuales en Irak, ahora tienen un nuevo escenario: América Latina.
En la actualidad, Argentina, Chile, Bolivia, Colombia, Ecuador, Haití o Panamá hacen de América Latina un hervidero de masivas protestas donde las demandas son distintas, con un denominador común: una clase media que se incorpora más a las manifestaciones.
Pero no se trata tanto de interpretar el malestar contra los gobiernos de izquierda o de derecha.
El desprestigio de la política y de los gobernantes no implica necesariamente una desafección con la misma, pues las sociedades latinoamericanas están más que politizadas.
Según el último informe de Latinobarómetro publicada el mes pasado, para el 75 por ciento hay una percepción de que se gobierna para unos pocos y que los Gobiernos no defienden los intereses de la mayoría.
El estudio dice que sólo el 5 por ciento opina que hay democracia plena; el 27 por ciento que hay pequeños problemas; el 45 por ciento, grandes problemas y un 12 por ciento considera que no se le puede llamar democracia a lo que hay hoy en día.
El analista político Roberto Covarrubias Núñez dijo que la autoridad de la clase política ha quedado evidenciada los últimos meses, aunque la demanda de nuevos liderazgos no se viene manifestando desde hace meses, sino años.
Sin embargo, el periodista argentino Pablo Stefanoni indicó al diario español El País que la fuente de inestabilidad en la región es total.
En Chile en la última elección votó menos del 50 por ciento de los habilitados; en Bolivia la mitad del país cree que en las elecciones hubo fraude; en Ecuador el sucesor de Rafael Correa, Lenín Moreno, dio un giro significativo en sus alianzas y discursos ideológicos; en Brasil se votó con uno de los favoritos (Luiz Inacio Lula da Silva) preso y acusado de corrupción; en Perú todos los expresidentes terminaron en la cárcel por el caso Odebrecht y Alan García se suicidó.
La rabia de las protestas no se ha alimentado sólo del estancamiento económico o la ceguera política. Para el jurista peruano José Ugaz, “la corrupción es un factor fundamental en el descontento que se vive en la región”.
“En Ecuador, los ajustes de tarifas tienen que ver con prácticas corruptas que se le imputan al expresidente (Rafael) Correa y su gobierno; en Guatemala, Honduras, Perú y Brasil, las crisis por escándalos de corrupción han sido mayúsculas. Lo que está ocurriendo en Chile tiene que ver también con la falta de legitimidad de las Fuerzas Armadas y carabineros a raíz de graves casos de corrupción que han sido ventilados recientemente”, explicó a Efe.
Para Arturo Valenzuela, subsecretario de Estado para América Latina durante la administración de Barack Obama, se evidencia la necesidad de llevar a cabo una serie de reformas políticas que aún no se han logrado.
“Hay presidentes que son minoritarios y se creen mayoritarios, que no tienen después el apoyo de los Congresos. Todo eso genera una parálisis y una crisis de representación”, explicó al diario El Mundo.
Por su parte, la politóloga y expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, dijo a Efe que el panorama latinoamericano no es esperanzador, “por lo menos a mediano plazo”.
“Hay cuatro variables: la democracia va perdiendo adeptos; el ciclo electoral de los últimos 30 meses -15 elecciones- muestra un mensaje de hartazgo y un deseo de cambio; los gobiernos, salvo en México, tienen mayorías precarias para realizar mejoras y la caída de la actividad económica en la región impide las reformas y la gente tiene temor de ir hacia atrás”, sostuvo.
Datos: Agencias e Internet
INSTAN A SEGUIR DIALOGANDO
La ONU animó al Gobierno de Ecuador y a líderes sociales a seguir dialogando y “acercando posiciones” y se ofreció para continuar apoyando el proceso tras el fin de las recientes protestas.
Juan Gabriel Valdés, asesor del secretario general de la ONU, António Guterres, viajó a Ecuador en respuesta a una solicitud por parte del Gobierno, organizaciones indígenas y diferentes sectores sociales para que Naciones Unidas asistiera en la búsqueda de entendimientos tras las fuertes protestas vividas a comienzos de octubre pasado.
DESACELERACIÓN ECONÓMICA
Las protestas actuales surgen en un contexto de desaceleración o crisis económica. América Latina salió prácticamente indemne de la crisis global de 2008, pero ahora resulta la región más golpeada.
Según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo que, por otra parte, vuelve a estar en el centro de mira de casi todas las protestas, la región crecerá un 0,2 por ciento, casi nada en la práctica. En menos de un año la predicción se redujo de un 1,4 a 0,6 por ciento hace tan sólo 90 días.
CHILE URGE REFORMAR SU MACABRA CONSTITUCIÓN
REDACCIÓN CENTRAL
Una nueva Constitución, que reemplace la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), señalada como origen de las inequidades y la distancia del mundo político con la sociedad, empieza a plantearse como una de las posibles soluciones a la crisis que golpea Chile.
Aprobada en 1980, en un cuestionado plebiscito, la Constitución fue un traje a la medida para que el régimen de Pinochet y los sectores conservadores pudieran mantener su poder, incluso más allá del fin de la dictadura en 1990.
Su ideólogo Jaime Guzmán “asesinado por un comando de izquierda en 1991, instauró quórums altísimos para cualquier modificación de fondo de la carta magna.
La carta original estableció además una serie de “enclaves autoritarios”, como califican sus críticos al hecho de que se fijaron senadores designados y la imposibilidad de remover a los jefes de las fuerzas armadas.
Los tiempos