Latinoamérica y el Caribe están resistiendo el impacto de la guerra en Ucrania, que ha caído como una losa sobre la economía mundial, con una previsión de crecimiento del 2,5 por ciento para 2022, una décima más que el pronóstico que hizo en enero el Fondo Monetario Internacional (FMI), antes del inicio del conflicto.
No obstante, la región tendrá que afrontar presiones inflacionarias importantes, derivadas en parte de esa contienda, con una tasa del 11,2 por ciento para 2022 frente al 9,8 por ciento de 2021, aunque el FMI augura que la inflación caerá en Latinoamérica y el Caribe al 8 por ciento en 2023.
El Fondo publicó ayer su Informe sobre las Perspectivas económicas mundiales, que revisa las proyecciones que hizo en enero pasado y alerta de que la invasión rusa de Ucrania ha supuesto “un revés” a la recuperación global de la pandemia de Covid-19.
Tras un crecimiento en 2021 del 6,8 por ciento en Latinoamérica y el Caribe, el Fondo elevó su pronóstico para 2022 una décima, hasta el 2,5 por ciento, respecto a la previsión de enero pasado, y rebajó una décima su predicción para 2023, que situó en el 2,5 por ciento.
México y Brasil
En las dos principales economías regionales, el FMI proyecta un crecimiento del 2 por ciento este año y del 2,5 por ciento en 2023 para México (8 décimas y 2 décimas menos, de lo que dijo en enero), y un crecimiento del 0,8 por ciento en 2022 y el 1,4 por ciento en 2023 para Brasil (5 décimas más y 2 décimas menos que lo proyectado en enero).
El economista jefe y responsable del departamento de investigación del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, consideró que para Brasil las previsiones son de las más bajas de la región este año por las medidas restrictivas que el país ha tomado para contener los precios, pero también mejoran porque Brasil es exportador de petróleo y se verá beneficiado de la coyuntura actual.
En cuanto a México, la economista Peytia Koeva Brooks señaló que las peores previsiones se deben a una menor demanda externa, especialmente la procedente de EEUU.
Inflación
Respecto de la inflación, el FMI remarca que, antes del comienzo de la invasión rusa de Ucrania, la inflación ya era alta en muchas economías por la carestía de las materias primas y los desequilibrios en la cadena de suministros.
Aunque Latinoamérica y el Caribe tienen menos vínculos directos con Europa, espera que la región se vea más afectada por la inflación y el endurecimiento de las políticas.
Subvenciones y ayuda externa son necesarias
El FMI suele oponerse a los subsidios, y se le culpa de la austeridad impuesta a cambio de préstamos.
Pero ante la inflación récord, recomienda “tomar medidas específicas para ayudar a las poblaciones vulnerables: reducir las facturas de servicios públicos o transferir efectivo a los hogares de bajos ingresos”, dijo el economista en jefe del FMI, insistiendo en que estas ayudas directas deben asignarse sin demora porque la pobreza aumenta.
Para los países de bajos ingresos, margen de maniobra presupuestario “muy limitado” y altos niveles de endeudamiento, la asistencia externa del FMI y otras organizaciones internacionales es ineludible.
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